Existen grandes debates en los que es complicado llegar a un acuerdo, y uno de ellos es si es mejor la playa o la piscina. Los hay que son grandes defensores de la primera opción y, cómo no, los que prefieren sin duda alguna la segunda. Evidentemente, hay beneficios tanto si eliges la playa como si eliges la piscina y te los mostramos para que puedas decidirte.
No obstante, cabe señalar que ambas son excelentes opciones para esos meses de verano en los que el calor llega a ser casi insoportable si no se tiene agua para refrescarse.
A no ser que vivas en una localidad de costa, la elección puede ser muy sencilla, debido a la imposibilidad de ir a la playa de forma diaria… Algo que no ocurre con la piscina debido a que actualmente es complicado encontrar un lugar que no tenga una, aunque esta sea natural. Por lo tanto, el sitio en el que se vive o se pasan las vacaciones puede determinar claramente la elección. Pero, esto no quiere decir que se prefiera la piscina o la playa. No en vano, mucha gente busca un destino de vacaciones costero, para disfrutar de unos días de playa.
Independientemente de que vayas a la playa o la piscina, hay algunas cosas que se deben tener claro y son comunes en lo que tiene que ver con la equipación necesaria. Nunca debe faltar el bañador, una toalla… Además, lo ideal es llevar una bolsa para que no falte de nada incluyendo un buen almuerzo, y, cómo no, la crema protectora es básica tanto a la hora de bañarse en la piscina o en la playa, ya que los rayos del sol en exceso son igual de nocivos en ambos casos.
Son bastantes los beneficios de la playa, eso es indudable. Para empezar, cuando hay olas que no son peligrosas, la diversión está asegurada para toda la familia. Y en este apartado hay que sumar el poder utilizar accesorios como por ejemplo colchonetas o tablas de surf con las que aprovechar el impulso que te lleva directamente a la orilla.
Si te gusta ser creativo, en la playa podrás dar rienda suelta a la imaginación y podrás jugar con tus hijos en la arena realizando construcciones, ya sea un tradicional castillo o las siempre peligrosas albóndigas de arena que puedes que los niños se tiran entre ellos. No obstante, esto debe hacerse sin molestar al resto de personas que toman el sol. Otra de las actividades que pueden resultar atractivas en la playa es la de bucear o hacer snorkel.
Si te gustan los retos, siempre encuentras alguno como por ejemplo el nadar con la resistencia del mar sin cansarte o el participar en un partido de vóley-playa o de paletas. También hay que decir que este es un lugar en el que te puedes relajar al máximo. Mejor aún, si buscas una playa que no esté muy concurrida. Relajarte escuchando el sonido del mar leyendo un libro o incluso quedándote mirando hacia el horizonte es algo fantástico. De hecho, esto ha dado lugar a la creación de poemas e incluso películas.
Sin embargo, no todo es perfecto, y existen algunas cosas que ponen de los nervios a más de uno. Un ejemplo es que la arena pegada a los pies y el cuerpo es algo muy molesto. También ocurre con la sal del mar, que en ocasiones genera rozaduras que pueden llegar a ser dolorosas. Además, a la playa siempre hay que llevar muchas cosas encima. Por ello seguro que tienes esa sensación de ser un sherpa que está intentando hacer cumbre en el Everest. Por último, otro de los grandes inconvenientes es el de encontrar un buen sitio, aunque este problema es casi igual en la playa o piscina.
Los hay que son grandes defensores de la paz de la piscina. Un ejemplo de las cosas positivas que tiene este lugar es que te puedes tirar de cabeza o a bomba, algo que en la playa por defecto es, cuando menos, complicado, o incluso peligroso.
Entre los beneficios de la piscina encontrarás que el agua, siempre, está más limpia que la del mar. No vas a encontrar algas, ni residuos. Por lo tanto, la higiene tiene un claro ganador. Además, generalmente estás más cerca de casa, por lo que ir por la mañana y por la tarde no es un problema grave de pérdida de tiempo. ¡Ah! Y suelen existir vestuarios…
¿Hay cosas negativas? Pues sí, claro. Una de ellas es que la diversión puede ser menor y, en alguna ocasión, es posible que no tengas casi espacio ni para dar una brazada en el agua. Por otro lado, la tranquilidad es complicada debido a la concurrencia.
Nos referimos a la edad. Cuanto más mayor se hace uno, la decisión suele ir por ir a la piscina en vez de a la playa. El motivo principal para que esto sea así es la comodidad que ofrece esta, ya que existen una buena cantidad de ayudas que en la playa no se encuentran. Algunos ejemplos son las escaleras o las duchas.
Puede que esto no te suene muy bien, pero es algo bastante generalizado. Eso sí, independientemente de la edad que se tenga un buen paseo por la arena, es algo que se disfruta siempre y que es muy beneficioso para la salud. Lo que siempre se mantiene, se vaya a la playa o la piscina es que en verano lo ideal es tener alguna de estas dos opciones disponibles para sufrir lo menos posible el calor. Y tú, ¿qué prefieres? ¿Playa o piscina?
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