La alcalinidad de la piscina es un factor fundamental para conservar la buena salud del agua. Por esto, es importante mantenerla controlada en una piscina para mantener el agua completamente desinfectada. De lo contrario, el agua empieza a contaminarse y a presentar diferentes problemas. ¿Quieres aprender más acerca de este tema? ¡Lee atentamente este artículo y toma nota de todo!
La alcalinidad del agua no es más que su capacidad de neutralización de ácidos. Es decir, se mide la cantidad de acidez que puede llegar a contenerse sin que cambie el pH del agua.
En el caso concreto del agua de la piscina, el factor alcalino depende de distintos aspectos. Alguno de estos son la ubicación, el clima, el material de la piscina y el sistema de desinfección.
Es importante aclarar que la alcalinidad es diferente al pH del agua. Sin embargo, la alcalinidad ayuda a regular los niveles de pH del agua. Es así que, manteniendo la alcalinidad del agua, esta se puede conservar en buenas condiciones y desinfectada. Por ende, es fundamental para equilibrar el agua.
Cuando hablamos de que el agua de la piscina tiene un pH alcalino esto no es sinónimo de alcalinidad. Este dato solamente va a mostrar el nivel de acidez que está presente en el agua. Por su parte, la alcalinidad representa la capacidad del agua para conservar o neutralizar esa acidez. ¿Se entiende la diferencia? Son dos términos completamente diferentes. Por esto, en el mantenimiento de piscina es importante la alcalinidad porque cuanto mayor sea, más difícil será regular el pH. ¿Interesante verdad?
La alcalinidad del agua se mide en ppm que significa partes por millón. Según los últimos estudios con tecnología de vanguardia los niveles ideales de alcalinidad deben estar entre los 125 ppm y los 150 ppm. Cualquier número por debajo de este rango se considera una alcalinidad baja. Por el contrario, un número mayor a este rango se considera una alcalinidad alta.
Cuando la alcalinidad está muy baja algunos efectos son un pH bajo, problemas de corrosión y agua color verdosa. Todo esto provoca irritabilidad en los ojos. Por su parte, una alcalinidad alta provoca un pH alto, dificultad en regular el pH y agua de apariencia turbia.
La alcalinidad alta puede presentarse por diferentes alteraciones como, por ejemplo, cuando el agua se evapora por el calor. También, se da por los productos que utiliza el bañista como crema, bronceador o loción. Incluso el sudor del cuerpo puede afectar la alcalinidad.
Adicionalmente, dependiendo del lugar el agua puede venir ya con niveles alcalinos altos. Asimismo, el no utilizar correctamente algún producto químico para el mantenimiento del agua puede derivar en una alcalinidad muy alta. Y ni hablar si el sistema de filtración del agua no funciona correctamente.
Los riesgos de un nivel de alcalinidad alto en el agua de la piscina pueden ser un descontrol total de los niveles de pH y agua completamente turbia. Igualmente, se presentará irritabilidad en ojos, piel y oídos de quienes se sumergen en la piscina. En cuanto a la estructura de la piscina, una alta alcalinidad puede desgastarla de manera importante. Y ni hablar de la baja eficacia de otros productos encargados de desinfectar la piscina.
Se deben utilizar productos ácidos (ácido clorhídrico) y algún minorador de pH ya sea en presentaciones líquidas o sólidas. Esto lo puedes consultar con tu proveedor de productos para piscina. Aquí en Cool Pool podemos asesorarte.
La alcalinidad del agua puede sufrir bajas debido a fallos en el sistema de filtración. También, por algún cambio en el clima o por mal uso de productos para la piscina.
En consecuencia, algunos riesgos de la alcalinidad baja pueden ser problemas para nivelar el pH y desgaste en elementos de la piscina. Además, el sistema de filtración puede sobresaturarse. Asimismo, una baja alcalinidad provoca irritabilidad en piel y ojos. Igualmente, es muy probable que haya un consumo mucho mayor de productos para desinfectar el agua. Finalmente, el color del agua se verá verdoso por la presencia de algas.
En este caso existen en el mercado los incrementadores de alcalinidad que son muy efectivos. Normalmente, se utiliza el bicarbonato de sodio cuya dosificación está generalmente en su envase. De lo contrario, consulta a tu proveedor acerca de la cantidad que debes añadir al agua.
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