La alcalinidad del agua es fundamental a la hora de llevar a cabo el mantenimiento de la piscina. Esto se debe a que la alcalinidad es un parámetro que permite medir la calidad del agua, la higiene de tu piscina y, en consecuencia, reducir la aparición de todo tipo de microorganismos causantes de algunos problemas de salud.
En este artículo te contaremos qué es la alcalinidad, por qué es importante mantener un punto de equilibrio en el pH de tu piscina y cómo puedes controlar la alcalinidad del agua de la piscina de forma sencilla.
La alcalinidad, conocida también como alcalinidad M, es la capacidad que tiene el agua de neutralizar los ácidos que tienen las sustancias. Esta capacidad es expresada en ppm (partes por millón) de carbonato de calcio (CaCO3).
El fenómeno de la alcalinidad en el agua de una piscina ocurre gracias a la presencia de iones carbonatos (CO32−), bicarbonatos (HCO3–) e hidróxidos (OH–), y usualmente, también se encuentra en el aporte de iones como boratos (BO33-), silicatos (SO44-), nitratos (NO3–) y fosfatos (PO43-).
Para entenderlo mejor, podemos utilizar el agua en condiciones naturales; ya que esta conserva su alcalinidad debido al dióxido de carbono en la atmósfera y a la erosión natural que genera el agua en las rocas, capaz de disolverlas con el paso de los años.
De la disolución de las rocas, se desprenden cantidades de minerales que afectan la alcalinidad del agua. En el agua de la piscina, se emplean aditivos capaces de emular este proceso.
Aunque los términos están relacionados entre sí, no son la misma cosa. La alcalinidad habla de la concentración de carbonato de calcio, mientras que el pH, por su parte, se refiere a la medida de acidez que tiene el agua. Se considera que el agua tiene un pH alcalino cuando el nivel de pH es mayor a 7.
La alcalinidad del agua y el pH alcalino son dos términos que se relacionan entre sí. Sin embargo, la alcalinidad es la encargada de regular los niveles de pH (o acidez) del agua. De esta manera el agua de la piscina se mantiene clara y desinfectada durante mayor tiempo.
La alcalinidad del agua de una piscina es importante, ya que evita la proliferación de microorganismos como hongos y bacterias; estos podrían ser causantes de todo tipo de reacciones alérgicas en la piel o infecciones.
Asimismo, el nivel de alcalinidad debe estar en un punto intermedio. Las medidas recomendadas son de 125 y 150ppm, mientras que un nivel excesivamente alto de alcalinidad del agua de la piscina sería el de los 175 ppm. Cuando una piscina se mantiene en los niveles de alcalinidad adecuados, sin duda alguna, ahorraremos mucho más dinero en productos para el cuidado e higiene de la piscina.
El uso de químicos para el tratamiento de una piscina es indispensable, pero si se abusa de ellos, puede ocasionar riesgos para la salud humana. Por este motivo, es importante regular el uso de dichos productos químicos, con la finalidad de mantener un punto de equilibrio.
Algunos de los efectos nocivos para la salud de una persona en una piscina excesivamente ácida son:
Para medir el buffer del agua de una piscina se utiliza un medidor, que además mide los niveles de cloro. En el mercado existe una amplia variedad de kits y modelos que pueden utilizarse para esta evaluación.
En caso de que el pH de la piscina sea alto, tendrás que utilizar un reductor de pH. Cuando el pH es excesivamente alto el cloro pierde su efecto y se propicia la aparición de microorganismos, algas y moho.
En caso de que la piscina tenga un pH inferior a lo establecido, se considerará que es ácido y tendrá que emplearse soda cáustica para equilibrar la alcalinidad. Este producto es muy corrosivo y por este motivo no puede emplearse más de 100 gramos por cada 10m3 de agua y tendrá que utilizarse completamente diluido según las instrucciones del fabricante.
Algunos prácticos consejos extra que pueden servir para mejorar la alcalinidad y el pH durante el mantenimiento de piscina pueden ser los siguientes:
Si tu piscina continúa teniendo niveles demasiado bajos de pH se puede utilizar el bicarbonato de sodio. La cantidad recomendada para equilibrar la alcalinidad con bicarbonato es de 1.8 kilogramos. Con dicha cantidad, puedes aumentar en 10 ppm la alcalinidad total de 100 m3 de agua.
Otro tip para mejorar el pH del agua es airearla. Simplemente debes dirigir chorros de agua con una manguera sobre la superficie del agua durante una semana. También se pueden utilizar otros métodos en los que el agua se bata y remueva lo suficiente para que el dióxido de carbono acumulado en el agua se airee.
Con estos útiles consejos podrás mantener la alcalinidad del agua de tu piscina en los niveles óptimos para disfrutarla al máximo. No olvides visitar nuestra página web para conocer mayor información sobre cómo brindarle el mantenimiento ideal a tu piscina a tu piscina.
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