¿Una bomba de calor para una piscina? ¡Sí! Este tipo de dispositivo existe. Y al utilizarlo en la piscina de tu casa, podrás bañarte con agua tibia por la noche o cuando te apetezca. A estas alturas, te preguntarás cómo funciona ese sistema y qué criterios debes tener en cuenta para elegir el que más te convenga. En este post, respondemos estas y otras preguntas sobre las bombas de calor aplicadas a la climatización de piscinas y te diremos por qué son la opción más económica y eficiente.
En general, el principio de la bomba de calor es la base para aprovechar la aerotermia. Por tanto, conviene entender primero este concepto. La aerotermia consiste en extraer la energía térmica del aire ambiente mediante una bomba de calor. Esta última consiste en un dispositivo que emplea una pequeña cantidad de energía para transferir el calor de un lugar a otro. Su uso se está popularizando como una opción de climatización para proporcionar calor durante el invierno, que alimenta radiadores y suelo radiante. Además, suministra agua caliente sanitaria. Pero también es factible invertir su ciclo para obtener frío en verano.
Entonces, la bomba de calor para una piscina funciona con el mismo mecanismo de un dispositivo de este tipo para climatización, pero solo para calentar el agua del vaso de la piscina. En nuestro caso, esta bomba transfiere el calor extraído del ambiente al agua. Como este calor está disponible y solo hay que moverlo de un lugar a otro, el equipo requiere menos energía para funcionar. De hecho, una bomba de calor puede aportar de 4 a 5 kilovatios (kW) térmicos por cada kW de energía consumida para su funcionamiento.
Para calentar el agua del vaso, el dispositivo cumple el siguiente ciclo:
En el mercado existen tres tipos de bomba de calor para una piscina:
Los de serpentín son los más aplicados en piscinas grandes y spas. En tanto que las de convección y las de depósito son mejores para piscinas pequeñas.
Entre los factores que debes tener en cuenta para elegir la bomba de calor para la piscina de tu casa, están:
El coeficiente de rendimiento es la relación entre la capacidad de calefacción y el consumo de energía. Normalmente, existen tres condiciones que afectan el funcionamiento de la bomba de calor para una piscina: la temperatura del aire, la temperatura del agua y el nivel de humedad. Por ejemplo, uno de estos equipos con COP 4,0 -con temperatura del aire a 15℃, del agua a 26℃ y humedad 70%- podría aportar 4kW de energía calorífica consumiendo solo un 1kW de calor para calentar la piscina.
Por supuesto que el tamaño del vaso es importante. Este suele medirse en metros cúbicos (m³). De esta manera, una piscina clásica, cuadrada o rectangular de 1.000 litros equivale a un 1m³. La relación cambia para las piscinas curvas: 1.000 litros equivalen a 0,78 m³ en piscinas redondas y a 0,89 m³ en las ovaladas y a 0,85 m³ en aquellas con forma de haba. Supongamos que tu piscina es redonda y tiene medidas de 5 m x 5m x 2m (largo x ancho x alto). En tal caso, debes calcular el tamaño de la piscina así: largo x ancho x alto x 0,78 (0,78 es el valor del radián para la piscina redonda). Concretamente, sería: 5m x 5m x 2m x 0,78 = 39m³, lo que equivale a 39.000 litros.
Este es uno de los factores más esenciales a tener en cuenta. En condiciones ideales de temperatura y humedad, 1 kW térmico podría calentar entre 6,5 y 7m³ de agua de piscina.
Por ejemplo, si ajustas la bomba de calor para calentar de 8 a 10℃ tu piscina con cubierta, a 26℃ de temperatura, 1m³ de agua solo requiere 0,4kW de calor para aumentar su temperatura. Mientras que, a una temperatura ambiente de 15℃, un 1m³ de agua apenas necesita 0,3kW de calor para calentarse.
Para finalizar, incorporar la bomba de calor para una piscina ofrece ventajas relevantes:
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