En este artículo, nos sumergiremos brevemente en la curiosa e interesante historia de las piscinas. Estas construcciones que hoy son tan comunes, tuvieron un pasado vinculado a la religión, el deporte y el entrenamiento militar. Aún así, siempre fueron espacios que, inevitablemente, sirvieron para la socialización y el entretenimiento.
Acompáñanos en este recorrido a nado por diferentes épocas en el devenir de estos espacios, para descubrir detalles que te sorprenderán.
Un repaso a la historia de las piscinas: la primera construcción
¿Cuándo comenzó la historia de las piscinas? Según algunos historiadores, la construcción de la primera piscina data aproximadamente de entre los años 2500 y 1700 a.C. Este primer depósito de agua público del mundo antiguo, conocido como “los grandes baños de Mohenjo-Daro” está en la localidad del mismo nombre en Pakistán. En detalle, esta estructura contaba con una distancia aproximada de 12 metros que iban de norte a sur y 7 metros de ancho. Su profundidad era de 2,4 metros. Además, poseía dos escaleras anchas que conducían al tanque, tanto desde el norte como desde el sur. Aparte de eso, los expertos piensan que los pequeños enchufes que se encontraban en los bordes de las escaleras tenían escalones o tablones de madera. En tanto que, para el acabado del suelo y las paredes laterales, los constructores emplearon finos ladrillos recubiertos con yeso.
Para hacer que este depósito fuera más impermeable, aplicaron una capa gruesa de alquitrán natural a lo largo de cada lado de la estructura. Incluso, es probable que el mismo procedimiento se haya aplicado también fue bajo el suelo.
Adicionalmente, llama la atención el descubrimiento de algunas columnatas de ladrillo en los bordes del este, norte y sur de la obra.
Una obra con muchos detalles
Este depósito también contaba con dos enormes puertas que conducían al complejo desde el sur. Los accesos restantes eran desde el norte y el este. Por si fuera poco, tenía una serie de habitaciones ubicadas a lo largo del borde oriental del edificio. En uno de esos lugares, encontraron un pozo que, posiblemente, suministraba una parte del agua requerida para llenar dicho depósito. Cabe resaltar que esta construcción no fue usada para la natación, ya que presuntamente era un lugar para el culto religioso. Allí, los asistentes utilizaban el agua para purificarse y, al mismo tiempo, renovar su bienestar, de acuerdo a la opinión de varios investigadores.
La «palestra», Grecia y Roma en la historia de las piscinas
Entre los siglos VI y VII a.C, los griegos contaban con la denominada “palestra”, un hito importante en la historia de las piscinas. En síntesis, era un campo de entrenamiento abierto para practicar la lucha, el boxeo y otras actividades deportivas. Aparte de esto, las palestras contaban con piscinas para bañarse, nadar y socializar. En esa misma época, militares tanto griegos como romanos usaban estas piscinas con el objetivo de preparar físicamente a los soldados para la guerra.
Por otro lado, las piscinas también eran un símbolo de estatus en los hogares al igual que en la sociedad. Los emperadores griegos y romanos poseían piscinas de gran tamaño, decoradas con peces vivos dentro de las mismas. La palabra “piscina” proviene del latín “piscis” que significa pez.
Un dato importante a mencionar es que Cayo Mecenas, uno de los consejeros políticos del emperador Augusto Cesar, diseñó y ordenó la construcción de la primera piscina climatizada tipo jacuzzi. Algunos investigadores dicen que esta estructura del siglo I a.C. contaba con impresionantes cascadas, abundantes jardines, terrazas con vistas y bibliotecas, entre otros lujos.
Las piscinas en el área de las competencias
A principios del siglo XIX, en el Reino Unido, la Sociedad Nacional de Natación introdujo por primera vez la natación competitiva. Para entonces, Londres ya contaba con piscinas artificiales especiales para dichas competiciones, permitiendo así, que se convirtieran en eventos populares en ese país. En 1828, abrió al público la primera piscina municipal cubierta, curiosamente con agua salada: el club St. George’s Baths. Esto motivó la fundación de la Asociación de Natación Amateur en 1880.
«Deep Eddy» y la historia de las piscinas modernas
Una de las primeras piscinas artificiales subterráneas está en los Estados Unidos. Hablamos de la Deep Eddy Pool, ubicada en Austin, Texas. Esta construcción, realizada por la Administración de Progreso de Obras, posee una casa de baños erigidos durante la época de la Gran Depresión. Al principio, esta piscina comenzó siendo un hoyo de natación en el río Colorado y fue declarado centro turístico en el año 1920. En la actualidad, es una de las piscinas más populares de la ciudad de Austin.
Como dijimos anteriormente, esta obra comenzó como un hoyo de natación, acompañado de manantiales fríos que manaban de las orillas del río. Ahí, la gente nadaba justo donde una gran roca formaba un remolino. En 1915, A.J. Eilers, adquiere el terreno que rodeaba el agujero de natación. En dicho emplazamiento, también construyó una piscina de hormigón. La misma funcionó como atracción principal del complejo turístico “La playa de baño Deep Eddy”, complejo que incluía campings, cabañas y concesiones. La piscina Deep Eddy Pool fue inscrita en el Registro Nacional de Lugares Históricos, como hito patrimonial, siendo inspiración de numerosas obras de arte.
En Estados Unidos, una de las primeras piscinas sobre el suelo registrada y una de las primeras en el mundo, se le atribuye al Philadelphia Racquet Club. Esta obra, que data del año 1907, estuvo a cargo de la Roebling Construction Company, una de las constructoras de puentes más reconocidas del momento. En 1979 este club entró en la historia de las piscinas al ser inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos.
El sueño americano, Hollywood y la historia de las piscinas
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, la construcción y el disfrute de las piscinas experimentaron un auge generalizado en América. En ello influyeron películas de Hollywood, como Escuela de sirenas, La hija de Neptuno y Mojada y peligrosa, protagonizadas por Esther Williams, experta en nado sincronizado.
Podríamos decir que aquellos fueron años dorados en la historia de las piscinas, pues éstas volvieron a brillar como símbolo de estatus. Las construcciones que nos ocupan evolucionaron hasta convertirse en una adquisición viable para los consumidores. De hecho, mucha gente comenzó a percibir que tener una piscina en casa formaba parte del sueño americano.
A día de hoy, podemos ubicar diferentes piscinas en casi cualquier país del mundo, incluyendo los más pequeños. Un ejemplo de ello es Nueva Zelanda, que actualmente cuenta con aproximadamente 200 mil piscinas para sus 5 millones de habitantes. En efecto, este país es líder mundial en cantidad de piscinas per cápita.
Un espacio para el disfrute
Sin duda, las piscinas, tanto públicas como privadas, seguirán siendo espacios atractivos. Sobre todo, en lugares donde no hay balnearios naturales cercanos, las piscinas son una excelente opción recreativa. Por igual, han permitido la instauración de la natación, no sólo como disciplina deportiva de competición, sino también como ejercicio físico para mantenernos en forma.
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