Que el agua se ponga turbia es uno de los problemas en la piscina más habituales que suele suceder cada temporada. No es agradable que el agua se vea sucia; además, da muy mala impresión, si alguien visita nuestra casa, que la piscina tenga este aspecto. Seguramente, cuando pusiste tu piscina, soñabas con esas aguas cristalinas que resultan tan apetecibles para darse un baño, sobre todo cuando el calor aprieta, pero ahora te has dado cuenta de que esa imagen idílica no es fácil de mantener y que en tus aguas surgen problemas como este. Vamos a ver cuáles son las causas del agua turbia de la piscina y sus soluciones.
¿Por qué el agua de la piscina se pone turbia?
Hay diferentes razones por las cuales el agua de la piscina se enturbia. En primer lugar, el agua se pone turbia por un mal mantenimiento de la piscina. La falta de limpieza enturbia el agua, esto es obvio; sin embargo, no solamente sucede porque no hayamos limpiado, pues tal vez sí lo hayamos hecho, pero quizás no hayamos efectuado esta limpieza correctamente o no hayamos seguido los pasos de mantenimiento como es debido.
Hace pocos días limpiaste la piscina y hasta es posible que le hayas echado el agua recientemente; no obstante, el aspecto de la piscina no es el deseado, pues el agua parece amarillenta, opaca… ¿Es tu caso? Tendremos que analizar diversos valores para descubrir por qué razón ha pasado esto, pues las causas del agua turbia de la piscina son variados y, entre ellas se encuentran los siguientes:
- Niveles muy altos de alcalinidad
- Niveles elevados de pH
- Exceso de ácido isocianúrico
- Falta cloro
- Agua demasiado dura
- Exceso de sales disueltas
- Presencia de metales
- Mal funcionamiento del filtro de arena
- Sustancias extrañas en el agua
- Surgimiento de algas
Para solucionar el problema del agua turbia, lo primero es identificar la causa que lo ha originado, pues de lo contrario, podríamos limpiar la piscina en vano y que, al poco de hacerlo, otra vez se enturbie.
Para analizar los valores del agua y saber si son los adecuados, tendrás que dominar los términos y saber cuáles son las medidas correctas de dureza, cloro, alcalinidad y pH. Veamos.
Valores a tener en cuenta para el mantenimiento de la piscina
Medir los valores del agua es fundamental para evitar problemas en la piscina, tanto en su apariencia como en la salubridad del agua, porque los riesgos en la piscina pueden ser altos si nos bañamos en aguas que estén en mal estado. Nuestra piel y nuestros ojos podrían sufrir irritación y alergias, tanto por exceso como por defecto, si el agua presenta desniveles de cloro, pH, alcalinidad, etc.
Comenzando por el pH, para un baño saludable, los niveles de pH del agua de nuestra piscina deberían oscilar entre 7,2 y 7,6. Tener niveles superiores es peligroso.
En cuanto a la alcalinidad del agua de la piscina, esta debe situarse entre 125 y 150 ppm. Además, va en relación directa con el pH, pues si los niveles de alcalinidad son los adecuados, esto garantiza que también los niveles de pH estén regulados.
La dureza denominada “normal” del agua, está tasada entre 150 y 250 ppm. Un agua muy dura tiene exceso de calcio y magnesio, y esto puede resecar el pelo y la piel.
Cuando vayas a medir el cloro, recuerda que hay tres tipos: el cloro libre, el residual y el total. El primero desinfecta y debe situarse entre 1 y 2 ppm. El segundo no está ejerciendo acción en la higienización del agua y su presencia no puede sobrepasar los 0.2 ppm. Mientras que el total, es la cantidad total de cloro, incluyendo el libre y el residual, que puede haber en el agua. La medida ideal es de 1.5 ppm. Demasiado cloro produce problemas respiratorios, aparte de alteraciones en la piel y en los ojos.
Qué soluciones hay para el agua turbia de la piscina
La solución que tendremos que aplicar para el agua turbia de la piscina dependerá de la causa que está creando ese aspecto de la piscina turbio. Unas veces tendrás que regular el pH, bajar la dureza del agua, reducir el cloro o aplicar otras medidas.
En el mercado existen productos químicos que se encargan de regular estos niveles y, ajustando las dosis, podrás equilibrar el agua hasta niveles óptimos, logrando que el agua de tu piscina se vea limpia, cristalina y que pegarte un baño sea un sano placer. Si decides automatizar tu piscina, controlar todos estos factores te resultará mucho más fácil, pues la domótica te ayuda a conocer estos datos y a calcular las dosis justa de productos que necesitas usar.
Si ya has analizado los niveles del agua y todos son correctos, entonces hay que buscar otras causas para que el agua de la piscina se haya enturbiado. Quizás el problema está en el filtro, que está atascado o tiene algún desperfecto y no filtra bien. En este caso, limpiar el filtro arreglaría el fallo. O, en el peor de los casos, sustituirlo por uno nuevo. Aunque también podría suceder que, sencillamente, no estás poniendo el filtro a funcionar las horas suficientes. Aumenta el tiempo de funcionamiento del filtro y listo.
¿Comprobaste todo y no has localizado el problema? En estos casos, hay productos como son los clarificantes de agua y los floculantes. Estos productos aclaran el agua, facilitando la extracción de las partículas que están causando la suciedad y dejando el agua de la piscina limpia y transparente. Pero úsalos con precaución y, tras su uso, realiza un nuevo análisis, para verificar que los niveles del agua son buenos.
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